¿Democracia o capitalismo?

abril 29, 2015 Santoñito Anacoreta 0 Comments

ERA DE LA OPINIÓN... que a mediados de la década de los ochenta del siglo XX, el "bloque rojo" de los países socialistas y comunistas enfrentó una crisis interna de autodefinición que fue, en parte, lo que derivó a la caída del "Muro de Berlín". Como en un cuento mal contado, esa crisis tuvo su origen en las dudas de Michail Gorbachov para llevar a la antes Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.) hacia su modernización. Él mismo lo ha contado en innumerables conferencias, escritos y su autobiografía. Dar el paso significaba decidir el rompimiento con un sistema podrido por la corrupción y la suspicacia enfermiza. Abrir el gobierno y sus políticas y sistemas, transparentar, todo eso implicaba un problema tanto o más grave que permitir la libre empresa. ¿Por dónde empezar: Glásnost o Perestroika? Llegado al poder, optó por lo que creyó lo más manejable: transparentar. Porque lo otro habría implicado remar contra la corriente. No nada más se antojaba escandaloso posibilitar la idea en la comunidad de que cada individuo podría aspirar a la propiedad privada, eso significaría una bofetada franca a los fundamentos socialistas. Mejor borrar el "maquillaje" y permitir que se notara el adefesio estructural que sostenía a un sistema, una ideología y un modo de vida lacerantes de las libertades esenciales del ser humano, así la conciencia colectiva por sí misma, transformada por virtud de la reflexión, viéndose a sí misma en el espejo de la historia, terminaría clamando por abrirle la puerta a esa muchacha linda y entregada que es la democracia.

Gorbachov nunca imaginó el horror que ocasionaría a los socialistas a ultranza mirar el propio rostro deformado por la mezquindad, la tozudez y la cerrazón. No obstante, su decisión cifró la Nueva Era. Boris Yeltsin vendría a dar la puntilla con que la democracia descabelló al Toro Rojo. Quién diría que la ambición y el hambre de ser y tener acumulada durante los años socialistas llevaría al poder a personajes tan discutibles como los que les siguieron en las ya desmembradas repúblicas.

China, por su parte, optó por el camino contrario. Muerto Mao, el lento cambio para introducir un concepto muy mandarinesco de democracia instauró en el gobierno una muchachona de ojos rasgados que, todavía con ínfulas imperiales, aunque despojada del oropel, comenzó a coquetear con los dueños del dinero y los abrazó seductoramente con sus felinas garras, protegiendo y procurando así a su asiática progenie, declarándose como en una  novela de Marguerite Duras amante de un joven capitalismo vestido a modo de la circunstancia.

Mientras, en Medio Oriente y África, la democracia vive en una relación tirante con su marido capitalista, y su matrimonio ya supuestamente libre de la esclavitud raya en el fundamentalismo; y los gritos y sombrerazos de sus reconcomios mutuos acaban resquebrajando las paredes de las casas vecinas, propiciando que se filtren el odio, la intolerancia y la desconfianza.

Hoy, desde 1987 y más desde 2008, el bloque "triunfador", el capitalismo ha estado resquebrajándose atronadora, lenta y dolorosamente, en un estado de locura, de enajenación depredadora que lo hace irreconocible hasta para sí mismo. Habemos quienes lo notamos y sufrimos con claridad y hay quienes, como en la historia socialista, se empeñan en negar la realidad. El capitalismo es ya como el rey aquel del cuento, que se pavonea por aquí y allá vestido con sus reales ropas invisibles, sosteniendo un orbe desgastado, un cetro torcido y una corona de papel periódico.

Pero ahora nos preguntamos quién o quiénes serán los Gorbachov, los Yeltsin, los Reagan, los Juan Pablo II que posibiliten con su astucia y arrojo que el maquillaje del capitalismo desvele su verdadero rostro. Y no hay a diestra ni siniestra uno que esté dispuesto. O mejor dicho, solo encontramos maquillistas. Porque eso es lo que pasa con el capitalismo cuya faz cambia de máscaras como el seductor que se esconde entre la trupé carnavalesca. No usa maquillaje. Anda a cara limpia, solo ocultando eventualmente el marco de su mirada con la que ha penetrado y conquistado a la  inquieta y siempre adolescente Lolita democracia, con la que vive un amasiato parlamentarista que ya va cumpliendo 26 siglos.

Fidel Castro ejerciendo su derecho al voto, 2015
Pero no hay democracia que aguante una relación no solo larga sino demasiado violenta, injusta, inequitativa, aunque tolere cierta inquina necesaria. Y ahí está el ejemplo del flirteo entre Estados Unidos y la solitaria Cuba post fidelista, aunque todavía castrista.

En estos días, es ahora la democracia la que está experimentando una crisis de autodefinición. Mientras el capitalismo se regodea con su necedad, su pareja, la democracia, ya lleva rato poniendo en duda su lucidez, su decadencia le parece más que evidente y empieza a pensar con seriedad si es posible reformarlo o divorciarse de él para abrazar la soltería y repartirse como gata salvaje y autónoma entre sus múltiples propiedades departamentales donde puede cohabitar con la nostalgia, con la anarquía, con los sueños futuristas, siendo muchedumbre entre la muchedumbre. ¿O será que en algún lado de la imaginación existe de veras el príncipe azul con el cual pueda vivir eternamente feliz; existirá ese señor de apellido socialdemocracia o también es leyenda cantada por un juglar de origen teutón?

En esta historia, la bella democracia ha encontrado sin embargo un reducto, un lugar donde se siente a sus anchas y no es la casa de los siete enanos ni la del Tío Tom. Pero el absorbente capitalismo la acosa hasta en ese espacio, la vigila a distancia en los reflejos del mágico espejo adulador de su estupidez. Internet y las redes sociales ya no son tan libres ni tan seguras. Cada signo, cada meme, cada silencio, cada efeméride y aforismo, las caras de todos nosotros empiezan a dejar de pertenecer a nuestro cuerpo, a nuestra personal y única identidad al momento de quedar subsumidas en un mundo virtual donde el tiempo es la moneda de cambio capaz de competir con el petróleo y el agua; donde la individualidad pasa por el tamiz de la razón de ser o no ser.

Ahí, las voces múltiples y multiplicadas de la democracia ya empiezan a poner en tela de juicio su pertinencia, porque la identifican como la meretriz de los individuos e instituciones que han visto en la política el mejor modo de disfrazar al capitalismo rampante, voraz, interesado.

Y pensar que es el menos malos de los sistemas político-económicos que nos hemos inventado.


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Los empeños del señor (2a. parte)

abril 23, 2015 Santoñito Anacoreta 0 Comments

LA IGLESIA CATÓLICA PROMOVIÓ, por mucho tiempo, las artes. Lo sigue haciendo, pero no como en la antigüedad y menos desde que esa labor fue “absorbida” por los estados.

Resulta inconcebible para algunos que, en los tiempos actuales, sacerdotes o párrocos o instancias clericales como la Arquidiócesis de Tlalnepantla pasen por alto valores culturales al momento de hacer remodelaciones, restauraciones o conservación de templos, atrios o fachadas de los mismos y, ya entrados en edificaciones de apéndices lo hagan al “ahí se va”, rompiendo la armonía estética de interiores y exteriores, sin la más mínima noción del valor urbano, arquitectónico, estético, iconográfico y cultural de los detalles que los hacen ser lo que son en el ánimo de la colectividad.
Por supuesto que resulta injusto achacar solo a los prelados tales atrocidades. También los civiles han cometido torpezas cuando de hacer mejoras en, alrededor o dentro de una obra de valor cultural y artístico se trata.

Foto: Juan María Ojeda, EFE
En ocasiones un trabajo de remozamiento puede tardar años y por lo tanto resultar tan costoso que, a juicio de los que toman las decisiones y no habiendo presupuesto que aguante, optan por la vía más rápida, fácil, práctica y “barata” que es acudir a un contratista, un maestro albañil prestigiado, o a un arquitecto o ingeniero “construye mogotes”. Eso, en el mejor de los casos, porque también sucede que hay personas, incluso artistas (no quiero calificarlos de menores) que, entre el afán de ahorrar centavos o no tener con qué y el interés de hacer las cosas con las propias manos, con toda buena intención, acaban regando el tepache “pior”. Ahí está el sonado caso hace unos años  de Teresa García, la buena anciana que pretendió restaurar el fresco del Ecce Homo obra de su abuelo Elías García Martínez, en uno de los muros de la iglesia del Santuario de Misericordia de la localidad zaragozana de Borja, España, pasando más bien a fastidiar el fresco.

Inmuebles emblemáticos
La hoy Parroquia de Nuestro Señor del Campo Florido es conocida por mucho más que solo los vecinos del fraccionamiento La Florida, en el municipio de Naucalpan de Juárez, donde se encuentra. De hecho es notable la gran cantidad de sacramentos y liturgias impartidos a pobladores de otras comunidades, tanto del Distrito Federal como del Estado de México en 40 años de existir el templo construido en 1966.

Para algunas personas, la también conocida por ignorancia iconográfica como “Iglesia del Servilletero” y cuyos sacerdotes, sobre todo en la época de los setentas, no escapaban a los motes de los muchachos inquietos (quién puede no recordar al “padre Batman” que recorría la colonia montado en su bicicleta y su capa ondeando al aire, entre otros personajes); el “servilletero”, decía, junto con
Las Torres de Satélite, de los renombrados maestros Mathías Göeritz (escultor), Jesús Reyes Ferreira (pintor) y Luis Barragán (arquitecto) ha sido un relevante referente cultural del Estado de México.

La obra del templo se atribuye al ingenio del arquitecto español radicado en México por aquellos años, Félix Candela Outeriño. De él nos cuenta la restauradora de arte y vecina del lugar, Norma García:
Ésta es obra del afamado arquitecto Félix Candela, español nacionalizado mexicano, laureado y reconocido internacionalmente por sus aportes a la arquitectura, por la creación de estructuras en las que empleó el paraboloide hiperbólico, elemento característico de sus obras. 
Puede decirse que Candela prácticamente se hizo arquitecto en nuestro país alrededor de los años 40. Obtuvo el grado de Doctor honoris causa por tres universidades extranjeras: la de Santa María de Venezuela, Nuevo Mundo de Albuquerque y la Politécnica de Madrid, obteniendo innumerables premios y condecoraciones: Medalla de Oro de la Arquitectura por el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España, Premio Antonio Camuñas de Arquitectura, Premio Augusto Perret de la Unión Internacional de Arquitectos, y la Medalla de Oro de la Institución de Ingenieros Estructurales.
Desde marzo de 2015, en el terreno de la glorieta donde se ubica el templo —edificado en dos etapas: primero el cuerpo terminado en 1966 y pocos años después la torre del campanario—, se empezó a construir un apéndice que contiene baños públicos y para los empleados de la parroquia. La obra quedó casi totalmente concluida días antes de publicarse este reportaje dentro de mi blog-revista electrónica Indicios Metropolitanos dado que el hecho estaba generando polémica, pues mientras unos veían y ven con buenos ojos la obra y su finalidad, otros se mostraron francamente ofendidos y lastimados, como en otro tiempo sucediera con otra obra de Candela en Cuernavaca, Morelos: el Casino de la Selva, como expuse en una entrega previa.

En palabras de Norma García:

México ha sufrido pérdidas irreparables de inmuebles que pudieran ser consideradas patrimonio de la humanidad, pero que debido a la falta de visión y compromiso con las comunidades en las que se encuentran dichos inmuebles, estos se han demolido o modificado sin tomar en cuenta el valor histórico y estético de los mismos.
El caso de la Parroquia del Señor del Campo Florido no es una excepción. El Art. 33 de la Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicas Artísticas e Históricas apunta que “se consideran como monumentos artísticos aquellos bienes muebles o inmuebles de valor estético relevante, según su representatividad, inserción en determinada corriente estilística, grado de innovación, materiales y técnicas utilizados y otras análogas” y tal es el caso de esta obra de Félix Candela.
En su opinión, si bien es cierto que la parroquia carece de declaratoria oficial para denominarla patrimonio de la Nación, los vecinos, autoridades gubernamentales y eclesiásticas deberían promoverla como tal con la intención de proteger el inmueble de futuras modificaciones, pues aparte de estos baños de ahora ya había sufrido unas al interior.

Hugo López, arquitecto, también vecino de la zona y miembro de la comisión técnica de Defiende a la Florida que ha dado seguimiento a la construcción del Viaducto Bicentenario por la empresa OHL desde 2010, opinó acerca de las modificaciones que ya ha sufrido el templo bajo la administración del actual párroco:
La obra de Candela había trascendido muy dignamente al tiempo, por el magnífico diseño de su autor, pero ¡el piso de porcelanato y aplanar con yeso o pasta la huella de la cimbra! —que es la jerga formal característica de la época y de la obra de Candela— es una bofetada al buen gusto, a la conciencia colectiva y al concepto mismo de conservación.
Norma García acotó que vale la pena destacar que las leyes de protección de monumentos no solamente protegen a los inmuebles en sí mismos, sino el entorno en el que se encuentran inmersos; en este caso resulta de especial relevancia dado que el templo se encuentra ubicado en una glorieta que forma el remate visual de las calles que conducen a él y hace parte también del diseño urbano del fraccionamiento. Por tal razón, la parroquia en sí incluye el terreno en su totalidad por ser parte integral del mismo a modo de atrio. Desde este punto de vista, el tema fundamental en esta controversia no versa sobre la pertinencia de unos baños, sino de la afectación a una obra emblemática por medio de una estructura que rompe totalmente con la armonía y estética del conjunto.

Más allá de las formas
A decir de la restauradora, quizás dos de las preocupaciones más grandes de los vecinos se centra en la seguridad y el uso que se les pueda dar a los baños. Daniela Palafox, vecina e historiadora del arte considera que:

Los vecinos de cierta manera tienen razón, la obra fue construida con base en un entorno urbano y estético que en su momento fue válido, por la época. Ahora, la obra en sí se ha ido adaptando y amoldando a los parámetros estéticos y urbanos de nuestros días, de cierta manera ha sido modificado su entorno como por ejemplo los jardines que la rodean, pero eso no quita que la obra siga siendo buena. 
Desde mi punto de vista, creo que no es correcto hacer unos baños públicos al lado de una iglesia; en segundo lugar, es un fraccionamiento; en tercer lugar, ¿por qué hacer eso y para qué? ¿Acaso hay mucha necesidad de tener baños públicos? ¿Sabes el riesgo que eso implica, en todos los sentidos? Es una zona residencial y tenerlos es incitar a otro tipo de cosas, en este caso, sociales y culturales. Y, para rematar, en cuanto a la obra arquitectónica, se demerita estéticamente una edificación. Quienes hicieron esto tendrían que haberse metido a entender, analizar y estudiar la función del edifico, en todos los sentidos.
El párroco, entrevistado por el diario El Universal el 23 de marzo, comentó que la obra “tiene el propósito de proporcionarles servicios sanitarios a los feligreses; y la comunidad es más importante que la arquitectura”. Esta declaración calentó más los ánimos de los opositores.
Loable objetivo —opinó un vecino—, si es que el uso de estos no está sujeto a un cobro, que de ser así más bien se trataría de obtener beneficios económicos y no en apoyo y beneficio de la feligresía.
Dado que la inseguridad en el fraccionamiento La Florida no ha escapado a los aires de los tiempos que vivimos, algunos vecinos se preguntan además quién estará encargado de la seguridad en los mencionados baños y temen la aparición de oportunistas y vendedores ambulantes, además de fauna nociva y el deterioro de la salubridad del espacio.

Las opiniones siguen divididas incluso entre los fieles asiduos a la parroquia. Guadalupe Rojas Icaza, abogada y pintora vecina del fraccionamiento, considera que la idea de los baños públicos es útil y pertinente, que favorece sobre todo a las personas ancianas que viven en la zona y no nada más, pero está de acuerdo en que debió haberse tenido cuidado con la estética del lugar y el apego al diseño arquitectónico.

En el mismo tenor, aun sin ser vecino de La Florida, conocedor de muchos aspectos urbanos, culturales y arquitectónicos del Estado de México y el municipio de Naucalpan de Juárez, el ingeniero Carlos González Escamilla opinó:
Estoy totalmente de acuerdo con el establecimiento de baños al lado de una parroquia donde asisten sobre todo personas mayores y que por consiguiente requieren con frecuencia los servicios. Creo que sí pudieron diseñar algo más discreto que se pudiese mimetizar con los árboles, pero en todo caso los quejosos debieron haber propuesto algo más simulado.
Otra vecina, al ver terminados los baños se limitó a decir: “¡Quedaron bonitos, no?”.

Las reacciones anteriores no podrían comprenderse sin el parecer de los principales actores en el hecho: el párroco y la Arquidiócesis de Tlalnepantla de la que depende.

La voz de la iglesia
Al parecer la obra obedeció a la solicitud de la feligresía y ser una necesidad que se evidenció tras el hecho de la ubicación temporal ahí de la Caravana de Prevención y Promoción de la Salud organizada por dos años consecutivos por el gobierno del Estado de México.

El párroco Francisco Maldonado, teniendo como testigos a dos damas miembros del Consejo Parroquial, así como el sacerdote Mauro Daniel García vocero de la Arquidiócesis de Tlalnepantla, entrevistados respectivamente el 16 y el 20 de abril por Indicios Metropolitanos, adujeron como las principales razones para la construcción de los baños los siguientes tres motivos,  en este orden: 1) Necesidad pastoral. La parroquia, que contaba con un par de baños en sus oficinas construidas bajo el templo ya había sufrido inundaciones por causa del desnivel. Las lluvias anegaban la región norte del jardín atrio en la glorieta desbordándose. Para eso se construyó un retén que resolvió en parte el problema pero descubrió que, al estar la cisterna en un nivel toda vía más bajo que las oficinas, por causa de la presión de entrada del agua potable, a pesar de los flotadores y las válvulas, el agua rebozaba inundando desde el interior. Aparte se solicitó al municipio sin la intermediación de Participación Ciudadana el desazolve de las cañerías y coladeras alrededor del templo en enero de este año. Inhabilitados esos baños sólo quedaba uno al interior de la torre del campanario, diminuto y por lo tanto insuficiente para las necesidades tanto de los trabajadores de la parroquia como, sobre todo, la feligresía cuya comunidad en los años recientes se caracteriza por un número mayor de personas ancianas. 2) Lo anterior referido a la feligresía derivó en que esta solicitara los servicios públicos; y 3) la encomienda expresa y específica del arzobispo al párroco anterior P. Juan Manuel Villa Ceballos hace un año para atender todas las necesidades a que hubiera lugar de parte de la feligresía.

En vista de estos tres motivos, el actual párroco, P. Francisco Maldonado notificó públicamente hará un año atrás el proyecto a la feligresía y consultó con el Consejo Parroquial conformado por vecinos del fraccionamiento La Florida, el que dio su visto bueno y junto con el sacerdote puso manos a la obra, recaudando los fondos necesarios mediante promociones como la venta de donas y la celebración de un par de kermeses, una en septiembre de 2014 y otra en el mes de marzo de 2015 en las canchas del fraccionamiento.
Lo importante es que no se tocó a la parroquia. La gente que no va a la iglesia es la que tal vez más se siente afectada por la obra. 
Reconozco un diseño y un valor arquitectónicos. No los niego. El objetivo no fue ni destruir ni quitar valor arquitectónico al templo. Mi intención fue conservar el inmueble. El proyecto se efectuó con iniciativas personales, con la asesoría y supervisión de un arquitecto que no es vecino del fraccionamiento. Y se obtuvo el permiso correspondiente del gobierno por intermediación de las autoridades auxiliares de Participación Ciudadana.
Al cuestionar a los sacerdotes acerca de por qué el arquitecto, en su calidad de artista no contempló el diseño del conjunto y respetar el concepto del creador Félix Candela, tocando, sí, el templo en el elemento del atrio y la torre al adosar un cuerpo cúbico en vez de cilíndrico, la Arquidiócesis por voz del P. Mauro Daniel García reconoció desconocer el dato, enfatizando que “en todo caso se hizo lo más práctico o ¿lo que se quiere es que se hagan los baños redondos?”; mientras, el párroco se responsabilizó de haber sido él quien tomó la decisión de hacer los baños con el diseño con el cual se realizaron, es decir: un cubo rectangular adosado a una torre cilíndrica por ser lo más práctico y para atender lo necesario en la medida de las posibilidades.

Iconografía para la comunicación de La Palabra
La arquitectura —dice Leland M. Roth en su libro Entender la arquitectura — es el arte inevitable.
Despiertos o dormidos, durante las 24 horas del día estamos en edificios, en torno a edificios, en los espacios definidos por ellos o en paisajes o ambientes creados por la mano del hombre. De quererlo así, nos resultaría fácil evitar deliberadamente la visión de pinturas, esculturas, dibujos o cualquier otro producto de las artes visuales, pero la arquitectura nos afecta constantemente, configura nuestra conducta y condiciona nuestro estado de ánimo psicológico […] La arquitectura, más que limitarse a ser un mero cobijo o paraguas protector, es también la crónica física de las actividades y aspiraciones humanas. Es nuestro patrimonio cultural.
Para los teóricos, como León Battista Alberti, el círculo y la planta central creados por el arquitecto renacentista Filippo Brunelleschi eran símbolos religiosos de la perfección divina con un alto poder evocador. La cúpula, erigida sobre el centro pasó, así, a ser la manifestación externa más característica de esos proyectos de planta central, como el de la parroquia que nos ocupa. Es decir, arquitectónicamente hablando, la iglesia es un ejercicio racional de extrapolación de partes a partir de un imaginario cubo central ampliado mediante bóvedas de cañón y semicírculos —en este caso ondas paraboloides— en todas las direcciones. Cada elemento del exterior es un anuncio de lo que se va a encontrar en el interior. No hay sorpresas intelectuales ni estéticas, sino más bien una perfecta adecuación a una armonía proporcional en cada una de sus partes, que para la parroquia de La Florida se traduce en la dinámica misma de la naturaleza como creación divina.

Pier Luigi Nervi escribió en su ensayo “Sobre el proceso de proyección” incluido en el libro La Estructura en el Arte y la Ciencia compilado por Gyorgi Kepes:
Si la independencia de espíritu es una buena premisa para la búsqueda de las adecuadas soluciones funcionales y constructivas, en lo que atañe al aspecto estético, se convierte en una condición absolutamente indispensable.
El carácter de una construcción no depende del perfil de las molduras, de las dimensiones de las ventanas o de cualquier particularidad decorativa, sino de las relaciones fundamentales de volúmenes y formas, de las características de la estructura sustentante, en una palabra, de los elementos que se relacionan, no con el acabado, sino con el esqueleto y el organismo estructural del edificio.
Creer que se puede modernizar [aun con el propósito de una presumible conservación] un edificio que fue concebido con un espíritu ajeno a las ideas y sentimientos nuevos, constituye el mismo estéril y lamentable error en que se incurre al querer rejuvenecer un rostro con base en maquillaje.
El párroco Maldonado tiene por su parte una versión distinta de las cosas. A su juicio, al igual que el de Jesús, no es más importante el templo que la gente.
Pongámoslo así, suponiendo que yo fuera gerente de un establecimiento, necesito y estoy en la obligación de ofrecer todos aquellos servicios que atienden al hombre, al ser humano, no importa cómo; es decir no solo en lo espiritual sino también en lo corporal. De ningún modo la intención fue ofender o lastimar a la comunidad, sino servirle en lo necesario.
La parroquia de Nuestro Señor del Campo Florido sita ni más ni menos que —nótese lo significativo— en el medio del Paseo del Verano, haciendo confluencia con Paseo del Otoño y la calle Azucenas del fraccionamiento La Florida, tanto en su concepto arquitectónico como por su misma denominación, es simbólica y originalmente dedicada a San José —el nombre significa “el que florece”—, aunque esto parece ignorarlo la misma Arquidiócesis. Esto se lee en la iconografía de la arquitectura misma desde que por su concepto incluye, además de la cúpula —que invariablemente remite a la gloria y la divina providencia—, una sola torre de campanario al costado derecho (visto el templo de frente; si fuera al izquierdo sería señal de estar dedicada a la Virgen María; si tuviera dos torres, significaría la devoción a la Sagrada Familia; cuando no hay torres, se considera tal templo dedicado a algún santo posterior específico como San Ignacio o San Francisco, por ejemplo).

Los baños públicos recientemente construidos contrastan con el conjunto desde su concepto como producto cultural aún más que por razones estéticas. Porque, más allá de que en los acabados exteriores de las paredes de los baños se simularon ladrillos con ranuras en el aplanado y se pintaron con colores igualados a los de la torre; que en el costado sur y la entrada, al este, debajo de las escaleras de la torre, se adornó con lajas y una fuente de cantera negra, material fuera de lo considerado en el diseño original. Además de eso y de la forma rectangular, tienen un techo plano, mientras que la torre está rematada con una techumbre con forma de onda, basada —como la del templo— en la geometría de la parábola hiperbólica y por lo mismo en la de la naturaleza, lo que permite que ambos elementos del templo vistos desde las alturas semeje la corola de una flor de 16 pétalos concrescentes, mientras desde el piso ofrece la vista de un templo de planta circular o cáliz coronado, construido sobre un desplante libre de columnas,  esquinas y contrafuertes, simbolizando así la liberación del espacio y el tiempo por virtud divina además de fundirse con el entorno natural.

Este dato de un techo plano ha llevado a vecinos a sospechar que los baños sean el primer paso y el pretexto para más adelante levantar un edificio mayor adosado a la torre del campanario, donde puedan albergarse más nichos funerarios de los que ya, desde hace aproximadamente un lustro, hay en la torre adaptada en su interior para el efecto.

Esta sospecha la aclaró el párroco a Indicios Metropolitanos —aunque sin entrar en detalles—, explicando que existen razones legales de corte federal que impiden que se construyan más nichos en todo el país.

Por lo que respecta a los acabados, llama la atención que el remate de la fuente nueva, desde el que se alimenta, presenta la figura de un León, lo que iconográficamente asociaría al templo y particularmente a los baños y la torre a la cual se adosa con el apóstol San Marcos cuyo evangelio destaca, en primer lugar, la paradoja de Jesús incomprendido y rechazado por los hombres, pero enviado y triunfando por Dios—como si las reacciones vecinales respecto de los baños reflejaran el dato irónico de unos “sanitarios incomprendidos”—. Lo que menos le preocupa es la enseñanza del Maestro y refiere pocas de sus palabras. Su tema esencial es la manifestación del Mesías crucificado. Por una parte muestra en Jesús al Hijo de Dios y reconocido como tal por el padre, los demonios y hasta los hombres, pero por otra parte subraya enérgicamente su fracaso aparente ante los hombres entre los que genera escándalo, hostilidad, incomprensión. Mensaje iconográfico interesante, ¿casual?, detrás de la decisión del párroco, si consideramos que en una primera oportunidad —y como consta al autor de este texto— se pensó en colocar como remate un ángel, es decir, el símbolo correspondiente a San Mateo, más enfocado en mostrar el cumplimento por parte de Jesús de las Escrituras, de la ley y las profecías.

Nervi apunta en el citado ensayo:
El proyectista […] debe tener un completo conocimiento de todas las condiciones que limitan cada problema de construcción y un pleno dominio de los métodos técnicos de la edificación y de la distribución planimétrica adecuada de los espacios y de su interdependencia funcional. 
Un completo dominio técnico es necesario y fundamental como punto de partida para todas las soluciones arquitectónicas que deben trascender las usuales trivialidades constructivas.
Siguiendo esta idea, en palabras de Norma García:
Resulta indefendible que el diseño de los baños se remita a una estructura ramplona y ordinaria de planta rectangular, adosada a una torre de planta circular. ¿Quién pudo haber pasado por alto que la obra de Candela, nuestra parroquia, carece de aristas? Salta a la vista, y no se requiere tener ningún posgrado para comprender que la obra de los baños debía integrarse de forma armónica a la parroquia.
Haciendo eco a las voces que incluso demandan la demolición de dichos sanitarios, a juicio del también arquitecto, vecino y miembro de la comisión técnica Defiende a La Florida, Adrián Trujillo:
La obra arquitectónica es muy importante, se pensó con un jardín rodeando una obra muy bella, esto se llama entorno, contexto. Cualquier cosa que no esté dentro de este entorno lo rompe y denigra. Considero que siempre habrá una manera de respetar las obras de arte y no hacer porquerías. Candela fue el primer arquitecto en México en usar cascarones de concreto —que así se conoce a las formas como las del techo de la parroquia—. ¡Por favor, habiendo tantos arquitectos en la zona que con gusto haríamos un proyecto sin costo y hacen eso! ¡Que Dios los perdone!
A semejantes opiniones tanto el párroco como la Arquidiócesis respondieron:
El proyecto se hizo público un año atrás y no hubo un solo arquitecto o ingeniero perteneciente a la feligresía que se acercara así a la administración o al Consejo parroquiales para ofrecer sus servicios de ninguna manera, ya para la proyección de los planos o la supervisión de la obra desde su diseño. No hubo uno solo.
Y a la pregunta de si párroco, Consejo Parroquial y Arquidiócesis estarían dispuestos a que se revisara y remodelara la obra ya hecha para adecuarla al conjunto, respondieron que por ellos no habría inconveniente, que están abiertos al diálogo siempre y cuando el o los quejosos interesados también aporten los medios para el efecto y sometan el proyecto a revisión. “Quien no ayude que no estorbe” afirmó la Arquidiócesis y agregó que no se descarta nunca la intervención del Instituto Nacional de Antropología e Historia y/o del Instituto Nacional de Bellas Artes en circunstancias de restauración, conservación, remodelación y mantenimiento de los inmuebles eclesiásticos, sobre todo de los edificios modernos no incluidos en los catálogos de estos institutos.


Párroco y Arquidiócesis cerraron sus declaraciones invitando a la comunidad a involucrarse un poco más en los aspectos espirituales y formar iglesia, no nada más contemplar desde el exterior los inmuebles sin participar más activamente como congregación, esto en consonancia con la misión diocesana que se verificará el 17 de mayo con la finalidad de hacer visitaciones a las casas de los vecinos y acercar al hombre a Dios.
Esperamos que los misioneros sean recibidos con amabilidad y aún más con un espíritu humano por parte de los miembros de la comunidad. Sobre todo considerando que, como dice el Señor, ninguno somos dueños de las iglesias ni de lo que hay al interior de los templos, sino simplemente somos administradores y servidores de la comunidad.


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Apuntes alrededor de Cantinflas

abril 20, 2015 Santoñito Anacoreta 0 Comments


 “La primera obligación de un ser humano es ser feliz; 
y la segunda, hacer felices a los demás”
Mario Moreno Cantinflas

1. Un hombre que dio todo[1]

POCOS DEBEN SER LOS MEXICANOS que no guardan alguna liga especial con Mario Arturo Moreno Reyes Cantinflas, ya sea a través de sus películas o de encuentros fugaces y azarosos.

Recuerdo haberlo visto en persona y por única vez hacia 1976, afuera del Hospital capitalino conocido como MOCEL, parado él con aire circunspecto, vestido elegantemente con una camisa de cuello de tortuga y saco, su mirada oculta tras unas gafas de armadura gruesa y cristal verdoso y oscuro, acompañado de su único hijo, Mario Moreno Ivanova, mientras esperaba que el encargado del estacionamiento le entregara su automóvil. Yo tendría unos trece años, pero su imagen quedó impresa en mi mente, y tan pronto como lo vi, se fue. De inmediato mi madre me contó una anécdota que reflejaba la sensibilidad altruista de Mario Moreno.

Una conducta elocuente

Corría el año 1943. Mi madre y mi abuela, que a la sazón vivían con cierta penuria acudieron al despacho del actor y empresario: una habitación amplia localizada en un piso del edificio que hacía esquina entre la calle Balderas y Avenida Juárez, en el centro de la Ciudad de México, enfrente del Hotel Regis desaparecido tras el terremoto de 1985.

Una vez ahí, tímidamente apoltronadas ambas mujeres en sendos sillones frente a un enorme escritorio, mi madre, una púber de 11 años, expuso la necesidad de mi abuela de obtener un trabajo como costurera de teatro; ya había hecho la petición vía el correo y la respuesta había sido esa cita. Mario Moreno Reyes, serio, luego de escuchar atentamente, se puso de pie y extrajo del bolsillo de su pantalón un billete de cincuenta pesos y se lo entregó a mi madre argumentando que por el momento solo así podía ayudarlas. Eso fue todo. Con ese dinero mi abuela compró tela para elaborar delantales que más tarde vendió a las meseras de los cafés de chinos en el centro de la ciudad.

Mario Moreno se reveló en aquella ocasión tal como era: un hombre de expresión tranquila, modesto, al que la fama y el dinero no lograron cambiarlo; un ser humano preocupado por el bienestar de aquellos que le recordaban su origen humilde.

No obstante haber sido una figura pública, su vida privada así como sus obras filantrópicas trascendieron menos de lo que podría suponerse; sin embargo, hay informes que indican que llegó a destinar más de la mitad de su fortuna a causas humanitarias. Se sabe, por ejemplo, que la Casa del Papelero —agrupación que reúne a vendedores de periódicos y revistas— tiene una espléndida hemeroteca donada por Cantinflas; que, luego de establecer junto con Jorge Negrete y Gabriel Figueroa las bases del STPC (Sindicato de Trabajadores y Productores Cinematográficos) como asociación independiente del Sindicato de los Trabajadores de la Industria Cinematográfica (STIC), contribuyó a la realización de la Casa del Actor (casa hogar para actores retirados) dependiente de la ANDA (Asociación Nacional de Actores), siendo él el secretario general de dicha agrupación.

Según contaban personajes como el que fuera su pareja en los escenarios, Manuel Medel, el fotógrafo Armando Herrera, el productor Carlos Ávila (integrante del grupo musical Los Baby’s) y otros, Cantinflas ganaba mucho dinero que cobraba en moneda fraccionaria para repartirlo a manos llenas; y lo mejor es que sabía administrarlo para poder darse el gusto de ver feliz a la gente que solicitaba su ayuda.

Claro que al principio no faltó el tipo abusado que le vio la cara, esquilmándolo y ello pronto obligó a Mario Moreno a medirse en su filantropía no danto tan seguido moneda contante y sonante, y a encauzar su altruismo a la construcción de hospitales (como el Centro de Neurología de Guadalajara); al establecimiento de becas y escuelas (en lo que fuera el Rancho La Purísima fundó un colegio para los hijos de los labriegos, que primero albergó a sesenta infantes y hacia 1993 daba cabida a más de seiscientos); a donar las ganancias producto de sus presentaciones personales a beneficio de obras no de caridad sino de solidaridad (patrocinó un programa de vivienda para cien familias de escasos recursos, a las que, para evitarles la pena de aceptar caridad les vendía las casas en pagos de cuatro pesos al mes).

Una cantidad interminable de necesitados

Consciente de que la responsabilidad el artista estriba en ser espejo en el que la gente ve reflejadas sus esperanzas, sus desdichas y alegrías, Cantinflas se preocupó siempre por servir de ejemplo y mano amiga. Por eso expresamente montó una oficina para dar entrada a las miles de solicitudes de padres que le pedían apadrinar a sus hijos recién nacidos (en una ocasión fueron contadas 16 mil solicitudes), o que le pedían ayuda económica; por eso procuró estar pendiente, en la medida de sus posibilidades y por ejemplo, del bienestar de los trabajadores migratorios mexicanos tanto como del de los no connacionales. En especial fijaba su atención a los niños, porque quería que —así afirmaba— el futuro de México (y del mundo) fuere promisorio y dichoso.

Y es que Mario, nuestro Mario, nunca perdió contacto con su pueblo y de ese modo justificó su vida que —según dijo con sus propias y postreras palabras al presidente Salinas de Gortari— fue “un constante esfuerzo”.

La filosofía cantinflesca

En fin, al margen de lo que se ha dicho sobre lo que representa el personaje de Cantinflas y su influencia e introducción en la mitología popular del mexicano, el ser pensante y sentimental que era Mario Moreno se ubicaba plenamente en medio de las cuestiones cotidianas. Él entendía muy bien que el quehacer diario engrandece al hombre y de ahí que comprendiera a cabalidad la misión del artista. “El artista puede hacer mucho mal o mucho bien. Mis películas siempre llevaron un mensaje social y humano”, afirmaba con vehemencia y de veras convencido de que la corrupción es una enfermedad que agobia a todos por igual, tanto a los gobernantes como a los gobernados que ven solo lo que su egocentrismo les permite. “Si el mundo se humanizara, sería mejor para nuestros hijos y para los hijos de nuestros hijos”.

Fuera de todo discurso ramplón, el transcurrir de Mario Moreno Reyes Cantinflas fue una lección de amor a la vida, en todos sus sentidos, porque ese era finalmente su destino. “Amo mucho a la vida. Yo no la pedí, me la dieron y me la dieron para vivirla”.

2. El Don del Sinsentido

Un accidente dio pie a la rutina y al nacimiento de uno de los más grandes comediantes del siglo XX. Mario Moreno Reyes Cantinflas se convirtió en personaje de leyenda por capricho del azar, cuando de joven cierta vez en la Carpa Ofelia, al sustituir al anunciador, nervioso, se olvidó de su guión elemental e improvisó diciendo lo que se le ocurría, sin ton ni son, causando hilaridad entre el público asistente que de inmediato aplaudió su carencia de sintaxis y lógica que lo convertiría en la versión maliciosa, cínica, inofensiva y tierna del “pelado” vagabundo que con el tiempo habría de insertarse en los ámbitos más inesperados.

Cantinflas no solo fue un comediante o humorista —como él prefería ser clasificado— excepcional, fue también, parafraseando al compositor Arjona “verbo y sustantivo y adjetivo”.

En efecto, Cantinflas ingresó de lleno a la cultura del idioma español en 1992 cuando, por gestión del afamado publicista Eulalio Ferrer Rodríguez entonces académico de la Real Academia de la Lengua, quedaron incluidos en el diccionario el verbo “cantinflear”, el nominativo “Cantinflas” y los adjetivos derivados “cantinflada” y “cantinflesco” como acepciones para describir y nombrar a la actitud y la persona que “habla mucho y no dice nada”.

El señor Rafael Alvarado Ballester, secretario de la Real Academia en España explicó el hecho de la siguiente manera: “Aceptamos el verbo por una sencilla razón: cantinflear nos ha dado una nueva forma de expresión a los hispanohablantes”.

Del hecho al dicho…

Pero, ¿en qué consiste dicha nueva expresión? Filósofos, lingüistas, escritores y sociólogos lo han explicado de muchas formas. El filósofo Julián Marías, por ejemplo, considera que Cantinflas aportó “la infinita capacidad de hablar sin decir nada ineligible, hasta el punto de crear una mirífica forma de uso del lenguaje. Cantinflas decía lo que quería decir, con una casi total eliminación del elemento significativo”, y sin embargo conseguía en términos generales y metalingüísticos hacerse comprender en lo esencial, mejor que en lo sustancial.

La importancia de este discurso cantinflesco que ha dado pie a una forma de expresión denominada por los intelectuales “cantinflismo”[2] se hace patente en sus implicaciones en la crítica social y política.

Para la mayoría, Cantinflas llenó toda una época de la cultura de México no solo por construir un personaje digno de quedar en la memoria histórica de nuestro pueblo, sino porque ese personaje recreó a cierto tipo de mexicano y, más, a cierto tipo de hombre, uno escurridizo, enraizado en la contradicción misma, en la revoltura que provoca en las cosas que hace, dice y piensa.

Con su manera de hablar sin sentido aparente, “Cantinflas expresa una filosofía del esquivador social”, piensa José de la Colina; expresa el malestar y la rebeldía del que se asume eternamente ninguneado, desposeído hasta de su identidad.

Salvador Novo escribía que la dislogia (deficiencia del lneguaje por desórdenes mentales) y la dislalia (dificultad para hablar) características de este personaje que disparataba todo alcanzaron la consagración porque “ocurre y da la casualidad de que también fuera de México los hombres respiran desde hace algunos años el clima asfixiante de la verborrea, el confusionismo, las promesas sin compromiso, la oratoria, la palabrería ininteligible, malabarística y vana”, en suma, todo lo que conocemos con el nombre de demagogia, que por cierto Cantinflas retrató muy bien, y aún más que en “Si yo fuera diputado” (1951) en las películas de su segundo aire (“El ministro y yo”, “Su Excelencia”, principalmente).

3. Tu et moi (solo tú y yo)

En la década de los cincuenta del siglo XX, cuando Cantinflas andaba por los cuarenta años de edad, la fama de este mexicano había traspasado las fronteras del arte y la imaginación con películas que hacían la delicia de espectadores en Europa, Estados Unidos y Suramérica. Películas como aquella intitulada “El circo” y que fuera una parodia de una que realizara Sir Charles Chaplin años atrás con el mismo nombre. Este, uno de los más grandes actores y directores cinematográficos ingleses, destacadísimo comediante considerado el más genial del cine mudo y quien a la sazón rebasaba los cincuenta años de edad, luego de conocer el trabajo de nuestro gran mimo expresó con la poca modestia que le caracterizaba y en cierta ocasión que tuvo oportunidad de reunirse con Mario Moreno Cantinflas que era, junto con él, el mejor cómico del mundo. Y esta opinión parece compartirla la mayoría de las personas que conocieron al “Chaplin mexicano” a lo largo y ancho del orbe.

Interrogado tiempo después acerca de tal aseveración, Cantinflas, al contrario y con la modestia que lo caracterizaba y sin presunción simplemente dijo: “Charles Chaplin es un hombre muy generoso”, pero después puntualizó la diferencia sustancial, a su juicio, entre el comediante inglés y él: “Yo siempre proyecto optimismo, solamente optimismo. Chaplin a veces lo hace a uno llorar”.

Parias y genios

Tanto Chaplin con su personaje de “Charlot” como Cantinflas personificaron al hombre urbano, mediocre, cuya única y mejor riqueza son sus valores humanos, su sentido de la bondad, su entrega en el amor a la mujer que pocas veces corresponde al cariño y a la devoción, su capacidad para sobrevivir en un mundo siempre adverso.

Sin embargo, mientras Chaplin era el vagabundo contrapuesto a la rigidez social y buscaba por cualquier medio expresar incluso amargamente la ironía de la existencia (salvo en dos cintas: “El Gran Dictador” y “El príncipe y la corista”), Cantinflas reía despreocupado y cínico, pero nunca soez, ante las vicisitudes que suponía la vida diaria de un México en pleno proceso de cambio, posterior a una revolución marcada por una serie de contradicciones. Chaplin recurría a artilugios e histrionismo para enjuiciar la moralidad imperante en su tiempo (y el nuestro, todavía). En cambio, Cantinflas hacía ostentación de su ignorancia y su torpeza de ficción, en los primeros años de su filmografía, para burlarse del orden establecido; luego optó por definir su personalidad con un ánimo más constructivo y solidario, deseoso de reflejar el afán de superación de todo ser humano, un ejemplo claro lo tenemos en el filme “El Analfabeta”.

Si bien surgió de manera fortuita y natural, la genialidad de cada uno por su parte estriba en que semejante conceptualización del hombre no fue por completo un producto de la inconciencia de ellos, sino algo profundamente meditado.

Ahora ninguno de los dos está entre nosotros de cuerpo presente, pero ambos nos han legado un tesoro valioso: la posibilidad de reír sanamente.

Apostillas (abril de 2015).

Los anteriores apuntes alrededor de Cantinflas no probable sino evidentemente se quedan cortos en lo que puede decirse de un personaje tan notable de nuestra cultura mexicana y universal. Sirvan acaso como un mero barrunto de lo que quizá mañana yo mismo pueda atreverme a ahondar en lo que de profundidad tienen, desde un punto de vista analítico, las aportaciones indudables de un personaje que es ya de todos.



[1] Este ensayo conjunta tres artículos originalmente redactados en abril de 1993 para ser incluidos en el número especial de la revista TVyNovelas en la que me desempeñé como corrector de estilo entre 1992 y 1994, así como para mi columna “Paréntesis” que escribía para la sección “Universo Joven” del diario El Universal, pero ninguno fue finalmente publicado. Cabe señalar que el tercer artículo que hace la tercera parte de este ensayo fue escrito al alimón, o mejor dicho a partir de una idea de la entonces novel periodista Bárbara Pineda.
En abril de 2015, con motivo del 22° aniversario luctuoso del humorista, los recojo como una unidad, corregidos y actualizados por mí en lo elemental, en tanto autor y/o coautor, para efecto de su publicación en mi revista unipersonal en formato de blog Indicios Metropolitanos, como parte de su sección “Tiempo y Destiempo”.

[2] Palabra aún no incluida en el diccionario al momento que rescato estos textos, en 2015, y debería serlo.

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Impedirán naucalpenses unidos la reactivación de los parquímetros.

abril 17, 2015 Santoñito Anacoreta 0 Comments

EL TEMA DE LA REACTIVACIÓN DE LOS PARQUÍMETROS será expuesto por el Gobierno Municipal de Naucalpan de Juárez​ al cabildo a comienzos de la próxima semana.

Se sabe que la presidenta municipal interina, Claudia Oyoque, siguiendo la línea de su antecesor David Sánchez Guevara​, ha estado haciendo "su labor" de gestión y lobbying o cabildeo para balancear las oposiciones entre los regidores y síndicos que en diciembre y enero votaron por la suspensión del convenio con la empresa Parking Meter, sobre el argumento principal de la falta de transparencia de las cuentas relacionadas con la recaudación presupuestada para ese rubro, como también las denuncias ciudadanas de infracciones injustificadas por parte de policías.

En meses recientes, un nutrido grupo de líderes de numerosas poblaciones de la localidad ha conformado la "Unión Naucalpan" preocupada, entre otras cosas, porque el municipio no pierda el nivel socioeconómico que siempre le ha caracterizado y con la finalidad de fungir como un fiel de la balanza en el equilibrio de los poderes e intereses que hoy por hoy afectan a los naucalpenses.

Estos líderes consideran necesario poner un freno a las corruptelas y la connivencia que entre funcionarios públicos y empresas privadas se han suscitado desde hace algunos años en detrimento del nivel de vida de la localidad. Y, en tiempos electorales, ven con suspicacia las promesas de los candidatos de los diversos partidos, muchos de los cuales inclusive no gozan de la confianza ciudadana que ha visto con tristeza y enojo el deterioro del municipio en general: rapacidad inmobiliaria, menoscabo de áreas verdes, obras públicas de discutible calidad en su funcionamiento, falta de transparencia o "transparencia" hecha a modo, y un largo etcétera.

A decir de Galo Blanco Mateo, vecino del fraccionamiento Satélite entrevistado por Martha Nieto para Así sucede, diferentes organizaciones vecinales han determinado conformar un frente común contra los parquímetros en Satélite, La Florida, Bulevares y en la cabecera municipal y refirió:
Haremos frente común por que no los queremos, y de diferentes organizaciones civiles y ciudadanas, entre ellas ASECEM que está en contra y las reuniones empezaran desde el momento en que veamos que el Cabildo quiere dar marcha atrás, nuevamente con ese proyecto, en ese momento otra vez la lucha.
Los miembros de "Unión Naucalpan" ejercen desde antes de conjuntarse una importante influencia en sus comunidades; son conocidos y reconocidos tanto por el gobierno municipal como por el estatal, y algunos incluso por el federal tras haber surgido en tiempos anteriores a que Enrique Peña Nieto​ ocupara la Presidencia de la República​. Algunos de estos miembros son presidentes de asociaciones vecinales, otros son autoridades auxiliares de los Consejos y Delegaciones de Participación Ciudadana, y otros más simplemente cuentan con el aval de la confianza  comunitaria tras el trabajo y dedicación a resolver cuestiones de interés específico. El número de los líderes que van sumándose a esta "Unión" va en aumento y en todos se expresa un genuino afán de servicio.

Hacia los años 80 del siglo pasado, los gobiernos municipales y estatales del Estado de México dieron pasos muy concretos para el establecimiento de normas y salidas legales que fueran mermando el peso y capacidad de influencia de las asociaciones de colonos, incluso recurrieron a la estrategia de "divide y vencerás". Así, entre las medidas novedosas se crearon los Consejos y Delegaciones de Participación Ciudadana para servir como una especie de extensiones cruzadas que ligaran al gobierno en turno con la ciudadanía. Pero al ser cargos honorarios también han servido para la colusión. No han sido pocos los presidentes de Consejos o los delegados beneficiados con "huesos" y "oportunidades" de alguna clase, bajo el disfraz de estar haciendo un bien comunitario que, además, sí, queda documentado para hacerlo indiscutible. Parte de la podredumbre en las raíces que sustentan la conformación de los Consejos y Delegaciones de Participación Ciudadana estriba en que, aunque se los considera cargos de "elección popular", la organización de los comicios en que la ciudadanía vota por ellos el gobierno es juez y parte, pues en las atribuciones legales de los gobiernos municipales está la "obligación" de conformar dichos consejos de forma "democrática. Así, los mismos gobiernos municipales convocan, organizan, depuran, filtran, cuentan votos y dan resultados electorales quedando, en muchos casos y ¡qué casualidad!, consejeros y delegados a modo, aunque también es cierto que algunos ya en el camino se les salen del guacal al ser congruentes con las necesidades y exigencias de sus comunidades.

Sin duda una de las tareas pendientes en materia electoral es bajar al último nivel, al más pedestre y que falta a nuestra democracia, es decir, al nivel del ciudadano. Quiero pensar que la reforma política reciente que ha, entre otras cosas, elevado a nivel nacional el Instituto Federal Electoral con algo más que un nuevo nombre (I.N.E.), ampliando sus atribuciones y alcances, es un primer paso hacia esa modificación definitiva: quitar a los municipios las prebendas en materia electoral y, de veras, democratizar el primer peldaño de la sociedad que es la gente misma en su participación activa y directa, su relación específica con los círculos del poder. Eso sí sería empoderar al ciudadano.

Por lo pronto, ese ciudadano que no se considera suficientemente representado por sus "elegidos" ha optado, ya mediante las redes sociales, ya mediante conjuntarse en organizaciones como "Unión Naucalpan" dar un salto cualitativo, más que para ejercer presión en los poderosos, servir cual cuña que frene intenciones abyectas de los más interesados en el beneficio propio a costa de lo que sea.

Bien harían ciudadanos comunes, empresarios en general, políticos, funcionarios y autoridades en considerar la cercanía de semejante "Unión" en buena medida vigilante de su actuar, y por qué no incluso sumarse a un esfuerzo enteramente emanado de la gente.

Candidatos brillan por su ausencia
En esto de las iniciativas ciudadanas, es de destacar la llamada "Candidato Transparente". Una iniciativa que —apunta en su sitio web— “busca reconstruir la confianza ciudadana a través del compromiso y transformación de la clase política en nuestro país. Queremos candidatos que antepongan los intereses de México a los suyos, una nueva clase política en donde no se haga política con dinero ni dinero de la política”. Y añade: “Dada la creciente necesidad en nuestro país de generar confianza por parte de la ciudadanía en sus representantes, un grupo de organizaciones de la sociedad civil, impulsados por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y Transparencia Mexicana, hemos unido esfuerzos para que cada candidato se comprometa de manera tangible a poner los intereses de México antes de los suyos. Un candidato que no pueda hacer esto no merece un solo voto, menos gobernar”.

Aparte de los mencionados, esta iniciativa cuenta entre sus aliados a la COPARMEX y Un Millón de Jóvenes X México, entre otras organizaciones. Este ejercicio democrático invita a los miles de candidatos que contienden hoy para las elecciones intermedias a celebrarse el 7 de junio próximo, a presentar mediante el portal una triple declaración: de bienes patrimoniales, de intereses y fiscal, con la finalidad de que estos tres aspectos queden clarificados a ojos de la ciudadanía aparte de las propuestas, que no promesas, que puedan exponer como parte de sus campañas políticas. A esto lo ha etiquetado la iniciativa como #3DE3 con la intención de que los ciudadanos, por los medios a su alcance, incluidas las redes sociales, ejerzan presión sobre los candidatos para que transparenten su situación en pro de allegarse el voto legítimo y confiado de la ciudadanía que pueda ver en ellos auténticos representantes de sus necesidades.

Habiéndose lanzado esta iniciativa el año pasado, a escasos días de haber comenzado las campañas electorales no llega a una veintena, es decir ni el 0.1% de candidatos que se hayan sumado. Si bien de esa exigua cantidad algunas de las declaraciones resultan ridículas en algunos aspectos, por decir lo menos, en lo tocante al Estado de México y Naucalpan de Juárez en concreto ni un solo candidato a diputaciones federales, locales, alcaldías ha subido a este portal sus declaraciones. Lees bien, amigo lector: NI UN SOLO CANDIDATO. Es momento de exigirles más de lo acostumbrado, ¿no crees? Si conoces a tu candidato, exígele su #3DE3.

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Por una discriminación sin adjetivos

abril 13, 2015 Santoñito Anacoreta 0 Comments

EN LOS AÑOS RECIENTES, a la luz de la defensa de los derechos humanos y concretamente de las minorías como los homosexuales y los pueblos indígenas se ha dado un, podemos decir, movimiento tendiente a la erradicación de costumbres y hasta de palabras que, a ojos y en la sensibilidad de dichas minorías resultan ofensivas, prejuiciosas y que lesionan su dignidad como personas y grupos, sin detenernos en las minucias que los adjetivos en tanto partículas lingüísticas encierran en su gestación. Algunos organismos incluso han llevado el reclamo al extremo y el exceso generando en el público más confusión que certeza alrededor de lo apropiado y lo inapropiado en el discurso.

Lo curioso es que quienes más señalamientos hacen al respecto ni siquiera pertenecen a dichas minorías, a no ser de manera tangencial, como solidarios simpatizantes más preocupados por lavar sus culpas que por en verdad incidir en un cambio cultural. Mujeres que no quiere ser llamadas putas se aferran a la idea de que las putas no quieren ser llamadas sino con horrendos eufemismos recosidos como "sexo servidoras". Y sí, las hay, pero son las menos al menos en mi experiencia pues cuando las he entrevistado me han expresado que a querer o no "detrás de toda mujer hay una puta esperando ser bien cogida y detrás de toda puta hay una mujer esperando ser bien amada". Pero esto es solo un ejemplo que hasta me ha servido para dar voz a un personaje de una novela que vengo escribiendo paso a paso.

En México, entre marzo y abril de 2013, la Suprema Corte de Justicia de la Nación sentenció que ciertas palabras resultaban homófobas y por lo tanto su uso en detrimento de otra persona serían motivo de difamación, discriminación y de causa punitiva. Dicha resolución ocasionó en muchos, yo entre ellos, una profunda indignación como dejé anotado en varios artículos aquí mismo:


Luego, con motivo del Mundial de Fútbol de 2014, la susceptibilidad de algunos se sintió trastocada ante el grito tribal de la porra mexicana de ¡puuuuto! dirigida al portero contrario con la estricta finalidad —como suele suceder con las barras de seguidores y fanáticos— de introducir en el ambiente un elemento intimidatorio.

Pero, retomando el tema, no está demás enfatizar que de ninguna manera esta indignación y estos textos míos se basan en o se inclinan hacia una apología de la marginación, del acto deleznable de segregar a otro por su condición de pertenecer a cierta minoría (o incluso a cierta mayoría, que también ocurre), aun cuando sí implica el acto natural de discriminar en tanto proceso cognitivo.

En todo caso mi postura es de apelar al buen juicio en el uso, que no en el abuso, de las palabras en general y de las palabras que, siendo adjetivos, tienen como función describir uno o más aspectos característicos sea por natura, vocación, oficio, profesión o percepción de las cosas, las situaciones y las personas.

Como he dicho muchas veces, las palabras no saben de maldad o bondad, son solo eso, palabras, recursos lingüísticos que sintetizan el conocimiento que nos hacemos de las cosas en rededor nuestro y nos permiten distinguirlas en el cúmulo de estímulos a que es sujeta nuestra capacidad cognitiva. Juzgar el uso o el abuso de una palabra, en particular de los adjetivos, so pena de estar propensa a un presumible prejuicio no resuelve ni de lejos el problema de fondo que es actitudinal y cultural, por lo tanto axiológico.

La persona que usa determinada palabra para referirse a otra puede hacerlo con toda mala intención o con todo buen propósito, empleando cabalmente el significado denotativo o apelando a las connotaciones que acompañan al vocablo.

La ofensa descansa ahí, en el propósito de parte del hablante, en la causa que le motiva a la expresión y han de ser probadas con suficiencia la malicia, alevosía, premeditación y ventaja en el discurso y sus razones, en el acto expresivo, lejos de toda sospecha. Pero también, la ofensa, en más de las veces, se apoya en la interpretación que el sujeto calificado de cierto modo hace tanto de la palabra como de la intención y del contexto en que se le adjetiva, por lo que también de ese lado pueden tergiversarse los sentidos de esas mismas malicia, alevosía, premeditación y ventaja en los actos de atender y comprender lo expresado. A fin de cuentas cada quien ve lo que quiere ver, lo evidente, a despecho de las pruebas en pro o en contra de algo. No por fuerza una palabra altisonante causa un efecto contundente. El modo de hablar, el tono, los matices, pausas y contexto pueden ser acusativos. La palabra en sí misma, por muy "llena" de significado que la consideremos, depende de todo un conjunto de adiciones metalingüísticas cuya finalidad es restingir, delimitar la interpretación para precisarla.


Tiempo atrás los gallegos ya habían expresado su incomodidad frente a las bromas y chistes que los toman como personajes torpes, tontos y a partir de los cuales se "permite" ejemplificar la gracia y simpatía de la estupidez. En México los yucatecos no han reaccionado de la misma manera, como sí los indígenas, y no se diga los campechanos, que ni por aludidos se aparecen. Y ni hablar de las mujeres, los gordos, los tartamudos, las putas, los negros, los feos, los locos, los judíos, los árabes confundidos con los turcos, y esas personas a quienes se puede "engañar como a chinos"... La lista de vilipendiados posibles es tan larga como la población humana misma.

Como decimos en México, pendejos y cabrones hay en todos lados; lo somos todos, sólo que nos hacemos pendejos para que no nos jodan los cabrones. Nadie está exento de ser motivo de alguna forma de estigma infligida por el parecer de los demás en su estricto derecho a percibir al otro como mejor pueda y con la responsabilidad conducente.

Fincar en las palabras y lo que de ellas deriva como formas de expresión, tanto para el entretenimiento como para el trato cotidiano, en el ámbito de los medios de comunicación así como en la escuela, la calle o la casa es tanto como hacerse el hara kiri cortando el gañote en vez del bajo vientre; es decir, errar la dirección, lugar y sentido de lo que se debe cortar para propiciar el cambio, la transición. Es, a querer o no, un atentado a la libertad de expresión y más, un atentado a la cultura misma de la cual el lenguaje es pilar fundamental, aquí como en China. Ahora bien, también es cierto que el lenguaje, como sistema dinámico, se encuentra en constante evolución y su fortaleza radica en la capacidad adaptativa de los hablantes. Un caso muy revelador de lo que aquí apunto es el "experimento" hecho por la Fundación del Secretariado Gitano, en Andalucía, España y que pone a un conjunto de niños a "examinar" las acepciones que de gitano se han recogido en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua:


Si bien por una parte el señalamiento de la Fundación es a que sea erradicado o por lo menos corregido o atenuado un significado connotativo asociado a gitano: "trapacero", por considerar que no "retrata" a la mayoría de la comunidad gitana y por ello resulta injusta, prejuiciosa, por otra parte la misma fundación pasa por alto el contexto que dio origen a dicha forma de significado. ¡Tendría entonces que editarse toda la literatura, todo artículo periodístico anterior al día de hoy y que pudiera haber empleado dicha palabra con tal sesgo semántico! Porque no creo que quedaran del todo a gusto sin hacer un borrón y cuenta nueva. ¿Cómo entenderíamos entonces a los gitanos piratas que hicieron posible la venganza del Conde de Montecristo en la novela del mismo nombre? ¿Qué sería de Cuasimodo, el jorobado de Notre Dame, sin el encanto gitano de los ojos verdes de Esmeralda? ¿Estamos en derecho de borrar de un plumazo las descripciones de Víctor Hugo, de Bram Stocker, y un sinnúmero de creadores que han tomado el valor negativo, peyorativo de la palabra gitano para dar vida a sus personajes y desde ahí darles también un valor positivo, constructivo? Si se borra tal acepción del diccionario, ¿cómo leerán las futuras generaciones esos hoy llamados clásicos? ¿Cómo empatar entonces al gitano estereotípico con el gitano en las mentes reformadas de estas nuevas generaciones? Si no puedo utilizar la palabra "puñal" como sinécdoque de homosexual o "maricón" para referir al amanerado y me veo forzado a hacer señalamientos directos, ¿me vuelvo menos ofensivo, heriría menos la susceptibilidad del aludido?

Muchas de esas formas adjetivales surgieron precisamente de una manera distorsionada y simulada de respeto, cuando no de temor a ofender y herir, sin caer en eufemismos forzados como los que modernamente se dan para referir a los senectos y ancianos como "adultos mayores" o a todos los de alguna manera inválidos como "discapacitados". ¡Tenemos tanto miedo de las palabras! Quizá más que a los puñales de metal que zanjan las entrañas. Tan débil y vulnerable es nuestra psique, nuestra estructura emocional.

La solución no está en erradicar, en culpar a las palabras, como sí en aclarar sus variados significados y, sobre todo, enseñar la pertinencia del uso de los denotativos así como de los connotativos. Y eso es tanto tarea de la Academia, en sus obras, quizá en menoscabo de la brevedad de las entradas. Y es tarea de los profesores de párbulos, los que, teniendo el diccionario al lado pueden o deberían orientar a los educandos en los usos y abusos de las palabras, sin satanizarlas, sin someterlas a un juicio inquisitorial sobre los valores que el mismo uso, la experiencia social les ha dotado con el paso del tiempo. ¿Y los padres? Su mejor papel formador está en el ejemplo.

Las palabras han de morir solas, naturalmente, y no por decreto, y menos por capricho o por una susceptibilidad herida de parte de aquellos que se sienten ofendidos por el uso que otros hacen de ellas a sabiendas o ingenua e impulsivamente. Porque las palabras encierran ideas y ya sabemos lo que conlleva enjuiciar a las ideas: para unos como Giordano Bruno, la hoguera; para otros como Galileo, la abjuración; para Tomás Moro, perder la cabeza antes que la razón tras la verdad...

Traspolando las propuestas del historiador mexicano Enrique Krauze en su análisis de la democracia mexicana para pensarla como una sin adjetivos, me atrevo ahora a hacer irónicamente lo propio para la discriminación en su estricto ejercicio como proceso cognitivo libre de adjetivos. Las palabras no tienen la culpa. Seguir por este camino obtuso sólo abonará a que mañana ni las bromas nos sepan, y lo que a todas luces es diferente nos resulte, de manera equívoca, indiferente.




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Knock out por decisión

abril 01, 2015 Santoñito Anacoreta 0 Comments

EN CONSONANCIA CON LO DICHO aquí en febrero, una nota de El Universal publicada el 31 de marzo confirma, pesos más o menos, los cálculos que ya había presentado yo aquí en un artículo previo del 11 de febrero así como en el Periódico Ecos,​ tanto en su versión impresa como en línea, y antes de que siquiera se pensara que Claudia Oyoque fuera a ser la alcalde interina sucesora de David Sánchez Guevara​ en el Gobierno Municipal de Naucalpan de Juárez​.

De acuerdo con la nota de Rebeca Jiménez, el ayuntamiento recaudó un millón 347 mil pesos por concepto de cobro de parquímetros a pesar de la suspensión instruida por el cabildo desde el 9 de enero de 2015.

Y todavía hay quienes se preguntan de dónde salieron los 600 mil pesos invertidos en el montaje de la pelea en que Mariana "La Barbie" Juárez enfrentara y perdiera por decisión frente a la japonesa Naoko Fujioka en la explanada del palacio municipal. La respuesta la tiene, sin duda, la tesorería del municipio que seguramente alegará, en caso de cuestionársele, que el dinero salió de la partida correspondiente a algún rubro de promoción del deporte o algo así. A saber las estructura de cuentas con que se manejan las finanzas y que sirve para sacar y meter de un costal a otro.

Dos cosas se imponen entonces: una, la transparencia de las cuentas; la otra, el destino final del convenio con la empresa Parking Meter, dado que es fecha que no le resuelve el Tribunal de lo Contencioso Administrativo su "garantía de audiencia", si es que ya la solicitó. Mientras tanto, ya se embolsó poco más de 800 mil pesos entre enero y marzo. Y continúa la pregunta en el aire, en favor de la ciudadanía "cumplida" que depositó y sigue depositando su contribución, por miedo, ignorancia o desidia, en los parquímetros, ¿qué piensa hacer Claudia Oyoque con lo que aparezca de lo perdido? Porque supongo que devolverlo estará en chino. Lo que decida tendrá que verse reflejado notablemente en una decisión que ponga fuera de combate toda suspicacia. El problema es que la decisión tendrá que aplicarse luego de las elecciones de julio para que no sea tomada como una acción electorera y demagógica. Ya se verá.

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