Orgullo mexicano

diciembre 17, 2009 Santoñito Anacoreta 0 Comments

Cuando la cuenta de los días llega a su fin, en realidad no acaba, apenas comienza una nueva era. La sucesión de las edades deriva en la sabiduría, y la sapiencia, a su vez, deambula entre el día y la noche como la juventud y la vejez entre la memoria y el olvido. Olvidar el paso del tiempo, pesa tanto como un calendario despreciado por la soberbia. Es en la nada que el todo se encuentra, y es desde el todo que la nada surge. El Uno, píensa Parménides, incluye el vacío. Hoy, cuando añoro los besos y caricias de mi Coneja amada, entiendo el valor del cero.

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